La autorregulación y la regulación mutua son formas de control entre ciudadanos que no dependen directamente de las autoridades. Se relacionan con la convivencia y pueden afectar de manera positiva o negativa el diario vivir. La regulación mutua se basa también en acciones de aprobación de los comportamientos de los otros. Una felicitación, un acto de agradecimiento, una muestra de agrado promueven la repetición de comportamientos positivos.